domingo, 30 de octubre de 2011

Me gustaría que hubiera vida mas allá para volver a hablar con tu padre.


Me gustaría que hubiera vida mas allá para volver a hablar con tu padre.



Hace unos días vino un compañero de mi padre a verme y estuvimos comiendo, hablamos de la vida y me dijo que había poca gente que pensara que después de esta vida hay algo mas. Me dijo, mira muchas veces pienso que cuando ya no este aquí, me gustaría volver a estar con tu padre para volver a hablar con el, echo de menos las conversaciones que teniamos. Me quede parada y pensé lo grande que era mi padre y la huella que ha dejado en las personas que lo conocían. Mi padre lo quería como a un hijo. El era cabo de bomberos y fue quien enseño a este compañero todo lo que sabe. Después de casi 11 años de la muerte de mi padre, algunos de sus compañeros siguen en contacto con nosotras. Agustín nos llaman por teléfono cada quince días, el fue el padrino de boda de una de mis hermanas. Cuando mi padre murió se encargo de todo el funeral. Mi padre murió casi al año de jubilarse con 60 años y no fue en un servicio de bomberos, hable con el y le dije que me gustaría que el funeral fuera como si hubiera sido en servicio. Mi padre llevaba su trabajo en el alma siempre tenia una sonrisa, aunque hubiera estado en un accidente de trafico etc... Nunca le notabas nada. Siempre era positivo, nunca he conocido a nadie como el. 
Agustin lo consiguió, le pusieron la bandera en el féretro y un casco de bomberos que usan para estas ocasiones, todos sus compañeros estuvieron con el en su ultimo adiós. Llevaron dos camiones de bomberos, sus compañeros le entraron en la iglesia y le sacaron, cuando salio por la puerta las sirenas de bomberos sonaron, aunque el ya no estaba era como si hubiera dicho la ultima palabra. La gente le quería. Otro de sus compañeros nogales muchas veces viene a verme y cuando le miro a los ojos, noto esa añoranza que tienen de el. Nunca habla de el me mira me agarra de las manos y me las aprieta bien fuerte, yo ya se lo que me quiere decir, ellos han sido para nosotras nuestra familia. Cuando mi madre se puso muy enferma nos cuidaban, se quedaban con alguna de nosotras sin reproches, sin interés, solo por ayudar a mi padre. 
Hemos tenido mucha suerte en la vida por  rodearnos de personas maravillosas.
El primer compañero del que he escrito me estuvo contando que tenia problemas y yo le dije: aunque no lo podamos ver el sigue aquí, pídele ayuda que el te ayudara, porque tu para el eras como su hijo, el me dijo: y el mi padre.
Que bonito que te hablen así de tu propio padre y lo mas maravillos de todo es que mi madre es igual que el.
Que suerte hemos tenido en tener no a uno, sino a dos ángeles enseñándonos lo que es la vida. 
Os queremos.

martes, 11 de octubre de 2011

Más que un bar


Me gusta el tipo de clientes que tengo. Los hay valientes ante la vida, los hay cariñosos, los hay cercanos, los hay simpáticos, los hay quejicas, los hay que hablan y hablan y no escuchan, los hay familiares, los hay preocupados, los hay mayores, los hay pequeños, los hay depresivos… Todos ellos tienen algo especial. Algunos más que otros.

Yo sé lo que les gusta y lo que no. Todos ellos son de la casa. Os preguntareis... ¿y los borrachos? Pues esos pueden venir una sola vez. Si es la primera vez que vienen y no me he dado cuenta de su estado, cuando van a pedir la segunda copa les digo: no. Si vienen borracho y me doy cuenta, les comento que si quieren agua, sí. Si lo que quieren es alcohol, ya se pueden ir por donde han entrado.

Hubo una vez que vino un chico sobre las 8 de la tarde que yo conocía muy bien y sabia de su afición con la cerveza. Me pidió una cerveza y estuvimos hablando me di cuenta de que ya iba un poco perjudicado. Cuando me fue a pagar no se podía bajar de la silla y le tuve que ayudar. Yo le dije mira F. el próximo día te tomas aquí la primera cerveza y sigues ruta por otros bares. Salió con medio cuerpo torcido y bailando 1, 2, 3 un pasito palante Maria 1,2,3 un pasito patras. No volvió más. Menos mal que no es un bar de carajilleros, porque entonces tendría que decir RESERVADO EL DERECHO DE ADMISIÓN.

Me gustan mis clientes porque al final es como una gran familia que viene uno y te cuenta una cosa viene otro y te cuenta otra. Luego, con el paso del tiempo unos y otros se van conociendo porque coinciden y es una buena sensación cuando te hablan de algún cliente como si les conocieran de toda la vida y les preguntas ¿qué, le conoces? y te dicen :no, le conozco de aquí.

Me resulta interesante y divertido ver como las personas interactuamos unas con otras que a lo mejor si no hubieran entrado, nunca hubieramos conocido. Pues lo dicho me gustan mis clientes cuando les veo entrar por la puerta siempre o casi siempre hay una sonrisa en mi cara.


martes, 4 de octubre de 2011

A primera vista


A primera vista, cuando alguien entra vestido como si fuera disfrazado piensas: ¿está borrach@? Ojo al dato, acaba de entrar una mujer con una pamela y una vestimenta como si viniera de un chiringuito de playa. Se quita su pamela, su fular y pienso ¡borracha seguro! digo: ¡hola! Tarda en reaccionar, me responde educadamente un hola como si fuera a cámara lenta y me pide una cola zero. Ya no sé si es ella o soy yo, que hoy me levante a las 6:15 y a estas horas tengo una modorra.. Pues no soy yo. Es ella, borracha no va, pero seguro que se ha tomado un diazepan por lo menos. Ha llegado un hombre y habla como ella. Si no fuera porque tengo puesta la tele y los personajes hablan normal me preguntaría si en verdad soy yo la que oye a cámara lenta. Bueno tema resuelto se han marchado y era ella la que iba un poco perjudicada, al levantarse parecía que estaba bailando una sardana jajaja. Normalmente no me equivoco... A primera vista.